sábado, 1 de noviembre de 2008

¿Calabazas?



Cuando esta noche he bajado a la cafetería para saludar a María y a Lorena y tomarme un cafetito con ellas me he encontrado con un local decorado al estilo puramente yanqui : techos llenos de falsas telarañas, caretas de calaveras horrorosamente feas y el mostrador lleno de calabazas sonrientes o tenebrosas como algunos dicen aunque yo no adivino nada de tétrico en ellas.
A mí no es que me moleste ver la barra con unas cuantas calabazas con su velita dentro, ni que del techo cuelguen diversas tonterías, pero no puedo dejar de preguntarme mientras avanzo poco a poco a mi taburete ya habitual de las noches de los viernes, por qué narices si nos vemos en esa necesidad absurda de copiar a los americanitos en todas sus fiestas y costumbres, ¿por qué al menos no lo hacemos como se ha hecho desde siempre, - tanto en países, culturas o individualmente – es decir poniendo en aquello que se copia – aunque sea sólo por tener un poquito de dignidad y orgullo propio – nuestro propio sello, nuestro toque personal o cultural, tal y como se ha hecho desde siempre en todas las civilizaciones y pueblos? ¡Por Dios!, Que los mismos americanos importaron esta fiesta de la cultura celta y no la copiaron al pie de la letra. La moldearon a su cultura – bueno, lo de su cultura es un decir -
Porque digo yo, si queremos que esta noche que nunca fue festiva en España, ahora lo sea y por no querer inventar ni imaginar, preferimos introducir la idea de otros ¿no podríamos al menos no llamarla Halloween? ¿No sabemos siquiera poner un nombre castellano? ¿Ni ahí llegamos? Y en vez de calabazas ¿por qué no ponemos unos hermosos melones españoles? Sí, esos melones de piel de sapo, todos verdecitos y achatados. Anda y que no iban a resultar graciosas esas caras sonrientes e iluminadas. Sería el famoso melón de “Todos los Santos”
Además en España, las calabazas son lo que te dan cuando suspendes un examen o tu príncipe azul te sale rana y te las da sin importarle un pepino como te quedes. Con eso asocio yo las calabazas, con los suspensos tanto en estudios como en amores, pero con la noche de las ánimas, pues va a ser que no.
Así que así seguimos, imitando de forma burda a los yanquis como si fuesen los poseedores de la verdad absoluta. Hasta a los niños los disfrazamos con el mismo mal gusto. Ahí que van todos con capuchitas negras, calaveras pintadas, caras blanquecinas. Pero ¡qué horror! Con lo monos que podrían ir vestiditos de chulapos o de lagarteranas y repartiendo en vez de caramelos unos buenos polvorones estepeños.
Mientras tomo mi café entra Manuel y a diferencia de lo que es su costumbre se sienta a mi lado y comenta la decoración de la cafetería de enfrente. Al parecer es mucho mejor. Y yo me pregunto cuántas calaveras más habrá en el Tabarca, porque presiento que no habrán motivos diferentes. Y en concordancia con mis pensamientos entran saltando los dueños de dicho bar – mi barrio es un tanto peculiar, las dos cafeterías en vez de hacerse la competencia y llevarse mal, o regular al menos, eso de te saludo pero no te dejo ni un azucarillo, pues se llevan de maravilla y se pasan de vez en cuando de aquí para allá tanto para pedirse favores como simplemente por saludarse un momento - disfrazados de muerte, claro, y empiezan los dos a hacer el payaso por todo la cafetería hasta que llegan al lado de Manuel y le piden que se pase por allí a tomarse algo.
Para mi nueva sorpresa el callado o tímido Manuel me propone que lo acompañe. Y para más sorpresa todavía, yo voy y le contesto que sí - ¡La pera! Estoy desconocida - Y así es, con mi nuevo y sorprendente desparpajo después de acabar de beber mi agua con limón – el café ya lo había terminado - me he ido con Manuel al bar de enfrente que tal y como me suponía está decorado prácticamente igual sólo que con muchas más telarañas y una calavera que intermitentemente se ilumina. Eso sí, Luis y Marta se han cambiado el disfraz y ahora lucen unos disfraces distintos: van disfrazados de muerte II, y van cantando y bailando por detrás de la barra cosa que mi María no hace en mi cafetería para mi agrado y bienestar.
Lamentablemente por mucha fiesta que uno se plantee, para quien le van mal las cosas no hay ni fiestas ni alegrías.
Al poco de volver a mi cafetería y de que Manuel se marchara a dormir – eso dice, yo qué sé si será verdad, no soy de la Interpool- ha llegado Lorena que enterada de una traición de la que ahora nada diré pues de algo tan duro prefiero esperar y narrarlo mañana – aunque mañana ya es ahora según los horarios, pero para mí el día acaba cuando te duermes en tu camita. ¡Qué 23:59 ni niño muerto! - más calmada y en el otro blog, estaba totalmente deshecha.
Y así es como en vez de volver sobre las once he regresado a la una y media a casa y encima hasta me he bebido un chupito de no hierbas de no sé qué, a pesar de ser abstemia como muy bien sabe María pero como está convencida la muy boberas de que un poquito de alcohol es bueno para levantar el ánimo, allí que está ella insistiendo cada vez que algo parece irle mal a alguno de sus amigos, que por cierto tiene a montones– si no la quisiera tanto le iba yo a dar pal pelo - pues hala, a insistir en que te tomes un chupito que ella invita. Y encima hoy con semejante chantaje emocional no iba a decir que no: "¿No vas a brindar por Lorena?" – ¡menuda bribona !-

Y así entre telarañas colgando, calabazas prefabricadas y luz tenue cuatro amigas juntas, todas sentadas al final de la barra, hemos brindado por Lorena y nos hemos fundido luego en un abrazo inmenso e interminable.

Un momento que no olvidaré, aunque estoy segura que el recuerdo habría quedado mucho más nuestro con melones españoles "piel de sapo" rodeándonos.

viernes, 24 de octubre de 2008

La melancolía está infravalorada





Hace un tiempo escribí un post en el que afirmaba que la vida está sobrevalorada.


Ayer mi amado House me hizo reflexionar cuando con su cara inexpresiva y su tono neutro me dijo – bueno se lo dijo a Trece, pero ¿qué os hace pensar que en mi mundo imaginario no soy Trece cuando me conviene, o Cady, o Cameron? Pues claro. Eso sí, la mayoría de las veces sólo soy la fiel amante que orgullosa y feliz lo espera en su apartamento, porque cuando empieza a ponerse borde no me apetece ser el flanco de su artillería pesada –


House: ¿Creías que podías cambiar algo?
Siberia: Casi muere por ese trabajo. Sí, yo creí…
House: Casi morir no cambia nada. Morir lo cambia todo.


A raíz de esta conversación que mantenemos me pongo a pensar y sin llegar a borrar de un plumazo en lo que creo, sí me planteo esta realidad que me hace comprender a House pues mi mente repasa casos conocidos, todos cuantos se le parecen y todos ellos se dibujan ante mí tal y como mi amor platónico me asegura.
Sobre todo me viene a la mente lo que no hace ni doce horas me contaron de una joven que estuvo prácticamente en el otro lado, con mucha más muerte que vida, pero a fuerza de tratamientos de choque de médicos y personal sanitario pudo volver a este mundo que por poco pierde. Y todo ¿para qué? Para que después de una brevísima extancia en el hospital y bastante antes de que estuviese del todo recuperada se la llevaran de nuevo a vivir la misma vida y que todo, absolutamente todo, siguiera igual .
No hubo compasión para ella, ni relax, ni descanso, ni tregua. No tuvo ninguna clase de alivio, ni mejoró el trato que recibía de quien mal la quería. Siguió igual todo a pesar de todas las molestias penosas que sufrió hasta su total recuperación. Y siguieron martirizándola, siguieron amargándole la vida, continuaron con esa tortura diaria y continua mientras ella se preguntaba el porqué sin saber que no hay respuesta para la maldad. ¡Qué distinto habría sido si hubiese muerto! Entonces sí, y de qué manera drástica habrían cambiado las cosas. Entonces sí que alguien hubiese pagado la perversidad que ejerció sobre ella, entonces sí habría dejado de sufrir la joven y de penar llorando sus días y sus noches.

Y es que casi morir en nada cambia las cosas de alrededor, en nada. Ahora lo sé, ahora lo veo.

Así, que si alguien piensa que por estar cerca de la muerte, por rozarla o avistarla a su vera, algo se transformará en su vida, que se olvide, pues no pasará. Absolutamente todo seguirá igual que estaba, ya sea bueno, malo, regular o pésimo.

Claro que de lo que yo quería hablar era de la melancolía que hoy Gaucho me comenta con cierto pesar, quizás hasta con un poco de compasión, y sobre todo mucha estima. Y entonces es cuando me doy cuenta que la melancolía está infravalorada. ¿Acaso es tan malo tener unos momentos de añoranza?, ¿Es peor la nostalgia que la tristeza, la desdicha, la desgracia o la amargura? Después de lo que acabo de narrar, yo creo que está claro que no.

Es posible que en ese futuro que ya comienza, la raza humana se convierta en una especie humano-androide robótico dónde sólo tengamos el chip de un anodino estado sentimental insubstancial, es decir, nada. O bien podemos dejar que neurólogos y psiquiatras ya que también en procedimientos médicos se avanza, nos abran los lóbulos frontales para que practiquen lobotomías a diestro y siniestro hasta dejarnos seco el noventa por ciento del cerebro y poder así pasar por la vida con una alegría perpetua que nos lleve a dar saltitos de júbilo y a reír como alienados sea lo que sea lo que nos acontezca. Que se casa un amigo, tú a pegar brincos y dar palmaditas en la espalda, que te abandona tu esposa, tú a bailar de alegría por las calles mientras buscas un hotelito barato, que enferma un familiar tú a sonreír de oreja a oreja y a fumarte un buen puro habano con un chupito de aguardiente.

No, no es así, amigos míos. El que anoche estuviese un poco melancólica no tuvo un sentido dañino, ni siquiera perjudicial, pues no fue doloroso, ni sangrante, ni desesperado.

La melancolía es un estado intermedio donde amor y lejanía se juntan y se abrazan.

lunes, 20 de octubre de 2008

Vuelvo con lo que tengo




"La gente tiene lo que tiene; no tiene nada que ver con lo que se merece" - House

Ha vuelto House. Y vuelve como siempre. Tal cual es.

Vuelve diciendo la verdad sin tapujos.

Ha vuelto esta madrugada a mi lado mi amor platónico de ficción. Pura fantasía. Irrealidad completa.

Yo también vuelvo.

Ni fue mi descanso, ni es mi vuelta tal y como pensaba, pues ni en mi descanso pasó cometa alguno con un poco de luz y de esperanza, ni vuelvo nueva, radiante, renovada...

Simplemente vuelvo y vuelvo al igual que vuelve House, tal y como soy.






jueves, 16 de octubre de 2008

Yo no tengo culpa de que seáis tan fantásticos



Me voy a tomar unos días de descanso total. Incluso de este blog, de los otros dos y de los vuestros.

Serán como esas vacaciones que no he tenido este año sólo que en vez de cenas a luz de la luna, brisas y agua rodeando mi cuerpo desnudo, habrá un sofá, una mantita y muchos cafés y muchos mates en pomelo.

Tampoco habrán libros, ni gente con la que hablar y reír. Pero tendré ese descanso que tanto necesito para liberar mis sentimientos. Tendré esa soledad completa que me da igual si es buena o mala pero quiero.

Pero no podía irme sin decíroslo. Sois estupendos todos. No os merecéis que me aparte de vosotros sin siquiera una explicación. Y de eso ¡vive Dios que no puede nadie echarme la culpa!

Si hubieseis sido del montón, pues mira, hago lo que me da la gana y punto. Ni explicaciones ni porqués. Me voy y chimpúm. Pero no porque sois buena gente y os debo una explicación aunque sólo se trate de unos días. Es por mí amigos, soy yo la que a pesar de intentarlo, no puede. No soy fuerte y ha llegado un punto en que tengo que desconectar.

Eso sí. Volver, vuelvo. Nunca os he de dejar.

domingo, 12 de octubre de 2008

El juego de Irene



Irene invita a todo el que se anime a un juego que a me ha gustado bastante más que otros que circulan por ahí.

Empezaré escribiendo las preguntas a que se debe contestar en el juego porque yo también invito a aquellos que lo deseen a participar:

1. Nombre del primer post y como llegaste a tener tu blog
2. Primeras personas que te hicieron comentarios en los primeros post!!
3. El o los post que más te gustaron escribir.
4. ¿Cuátas entradas llevas escritas en total?
5. ¿Qué te genera este medio bloggeril ?

Y una vez puestas las reglas, empecemos el juego:

Con esto de tener tres blogs he estado pensando en si me centraba sólo en uno, pero al final he decido que no. Vamos que no discrimino a ninguno, que son como hijos y no se pueden tener preferidos, sería un tanto malvado ¿qué pensarían los otros dos?

Mi primer post fue “Sorpresa y perplejidad” que edité el 19/09/04 después que acabaran de ayudarme con todos los pasos ya que yo no estaba muy puesta que digamos. Pero sí quería probar.

Eso sí, no tenía ni idea de que escribir y así fue de de breve el pobre. Y es que lo único que se me ocurría era el título del blog “Y después vendrá el alba” que le puse en honor a mi libro pero que hace poco cambié – me recordaba esa alba de la que disfruté en su día pero jamás volverá para mí – por “Noche eterna”. Y allí en mi primer, brevísimo e insulso post tuve a mi primer comentarista, Ricardo – tanto ha que ya no me comenta - también se animaron a contestarme Blanca y República en este mi blog que casi por obligación hacia su título – mi libro es de poesía – encaminé cada vez más hacia ella.

Pero cuando ya estaba enganchada a una de las cosas que más me gusta, tanto que aseguro que si me tocara la lotería todo mi tiempo lo dedicaría a leer y escribir – tomando café y mate en pomelo o sin él – fue cuando contemplando que mi blog estaba tan encaminado hacia la poesía que no encajaban en él esas cosas locas, alegres, fantasiosas pero que me apetecía tanto escribir que creé “Arsénico, por compasión” título “dos por uno", como digo yo, ya que aparte de hacer honor a mi película favorita, al añadirle una coma y una exclamación describe medio en broma como me quedo ante hechos de los hombres y de la vida: asombrada hasta tal punto que por favor pido que alguien me dé Arsénico.

En cuanto al post con el que más disfruté no es ni mucho menos el que más comentarios tuvo ya que éste último “¿Quién borra el disco duro?” tuvo veinticinco comentarios y el que más me gustó escribir, sólo tuvo dos.

Creí que nunca haría otro, me bastaba y sobraba con estos dos y claro me equivoqué de medio a medio pues un tiempo después y tras una dura sentencia no tuve más remedio que crear “Hace frío en Siberia

Y por último y para acabar el juego sólo comentar que mis blogs son el grato placer de escribir sabiendo que alguien –mucha mala suerte sería si no – te leerá y no pasará como en todos esos cuadernos que tengo escritos a mano y guardados en su cajón correspondiente – los que me conocen ya sabrán que soy muy ordenada - Pero sobre todo, a pesar de no creerlo en un principio – vamos me hubiera dado un ataque de risa si alguien me lo hubiera asegurado -, mis blogs me han regalado la mágica experiencia de conocer a gente fantástica. Gente que jamás habría conocido de no ser por mis blogs, gente bondadosa, amable, dulce, romántica, simpática, alegre...
Gente que a pesar de no conocerla personalmente, he llegado a querer.
Y eso, esa amistad que he hecho con algunos de vosotros, eso no tiene precio.

viernes, 10 de octubre de 2008

Caballeros de oxidada armadura




"La realidad: caballeros de armadura oxidada y damiselas de diadema floja tiene muchas cosas en común, y una de ellas es la poca honestidad de las estratagemas que utilizan para ganarse la atención, el favor o el privilegio del otros."


- En página veintiséis del libro "La reina que dio calabazas al caballero de la armadura oxidada -


Nueve meses y nueve días llevaba sin poder un libro.

Nueve meses y nueve días en que cada vez que lo intentaba me sucedía lo mismo. Leía la primera página y al ir a pasar la hoja me daba cuenta que no tenía ni idea de lo que había leído. ¿Se hablaba de vampiros, de osos polares, de policías corruptos, de metafísica...? Ni idea. Bueno estoy exagerando un poco, vale, porque por el título sabía que tenía que ir de polis, de aventuras, de ciencia- ficción, etc. – pero si hubiesen cambiado las tapas, yo tan convencida me habría quedado de que el libro iba sobre la migración del el tordo arrocero.

Y es que no tenía nunca ni la más remota idea de qué había leído. Era como haber contemplado una hoja en blanco.

Con el primer libro que me pasó, estúpidamente pensé que debía ser culpa del relato en sí, “un texto que no atrapa” pensé tontamente, pues alguien que por leer se ha leído desde “La guerra del Peloponeso” hasta “Ulises” de James Joyce me da a mí que va a ser raro que haya algún libro del que no sea capaz de captar absolutamente nada.

Así que pasé a coger el segundo libro, pero pasó lo mismo al igual que con el tercero. Me di cuenta entonces que no era cuestión de libros buenos, malos o regulares. Era yo, era mi mente que me la estaba jugando. Por alguna razón una de mis pasiones favoritas, mi subconsciente o mi mente o sólo una parte de ella – yo qué sé, a mí que me registren -, había decidido por su cuenta y riesgo arrebatármela.

Yo no desistí, seguí mi lucha por conseguir recuperar lo perdido. Siempre que me regalaban un libro yo lo intentaba, y si no había regalo cogía uno tras otro de mi biblioteca – todavía me quedan muchos por leer - y con él me bajaba a la cafetería de Dani, bien tempranito para como tantas y tantas veces hice, leer media horita con mis dos cafés. Pero no funcionaba. Nunca funcionaba.

Tampoco quiero castigar duramente a mi mente por semejante perversidad, pues quizá conmovida por mi tristeza y mis angustias, sí me dejó, benévola, que pudiera leer los blogs de mis amigos. Y como para mi suerte son fantásticos, tampoco se puede decir que haya sufrido en exceso, pues en ellos, mis blogs favoritos, leí magnífica poesía, relatos excelentes, pensamientos interesantes, anécdotas graciosas, pasajes divertidos, historias curiosas, etc. No, no puedo reñir en demasía a mi absurdo subconsciente porque algo de piedad tuvo conmigo. Ya quisiera yo que cierta gente hubiese tenido ese mínimo de misericordia.

Pero así y todo no podía evitar añorar esos ratos en el sofá o en la cama, con mi café, ahora también con mi mate- gracias Martín -, con un libro en la mano, la luz directa sobre la página, leer, pasar hoja tras hoja, acariciar la cubierta de cartón y al entrar el sueño o bien hacerse tarde, dejar despacio y con mimo, como tesoro, el libro en la mesilla.

Ayer por la noche una mujer que sólo era conocida y a la que consideraba buena chica, pero nada más, se sentó a mi lado y me preguntó algo normal para ella imagino, pero para mí tan duro, tan irreal, que nunca cuento, y yo que no sé mentir, aún no queriendo hablar del tema, me vi obligada a contarle la verdad. Pero ella no huyó, no se marchó con un ¡oh! U otra estupidez parecida, ella se mostró tan amable y compresiva que sin darme cuenta le conté alguna de mis congojas. Ella me escuchó, me animó y me ofreció su amistad que acepté al momento pues tantas veces vi como los llamados amigos se marchaban, se evaporaban, por estos los malos vientos, de mi lado, que ella, esta mujer noble, a la fuerza debía ser muy especial. No la quise dejarla escapar.

Fue entonces, entre ánimo y ánimo, entre palabra y palabra, cuando cogió el libro que estaba leyendo y que para hablar conmigo había alejado a un rincón de la mesa, y me lo ofreció. Sin saber – no le conté todos mis fracasos – que no podía leer libros.

- Cuando lo acabes me lo dejas - le sugerí.
- No, ahora. Te ayudará, ya verás. Te lo llevas ahora, hoy. Ya lo acabaré de leer cuando tú lo termines.

No supe que decir. Acepté el libro y le di las gracias con un abrazo.

A mi casa llegué contenta por la nueva amiga, que tantas cosas gratas me había dicho, pero ni siquiera intenté abrir el libro.

Tampoco esta mañana, tan segura estaba que no podría leer.

Pero esta tarde, sentada en mi sofá – hoy es fiesta en mi comunidad- cogí mi mate en pomelo y abrí el libro. Leí la primera página y asombrada comprobé que lo había asimilado. Pasé página todavía escéptica pero la leí, y la tercera, la cuarta... Estoy en la página veintiséis.

Y dejo el libro porque tengo que lanzar mi grito de alegría al mundo.

¡Vuelvo a poder leer!

Gracias Lorena, aunque sé que nunca leerás este post. Ni siquiera sabes qué es un blog. Ni siquiera te manejas en internet. Pero sabes de amistad y te manejas muy bien con el afecto y el cariño.

domingo, 5 de octubre de 2008

Miénteme amor, miénteme



No soporto a los mentirosos.

Y para esto no se me ocurre nada gracioso con que acompañar y dulcificar con jocosidad tal pensamiento. Si supiera odiar, sería a ellos a quienes odiaría sin duda alguna.

Me he pasado la vida diciéndoles a mis amigos y a mis amores, que nunca me mintieran, fuera lo que fuera, me doliera mucho o poco, fuera grato o triste, simple o complicado, bondadoso o atroz, y de nada sirvió.

Los que han sido y son sinceros conmigo es que lo fueron siempre, y los que la mentira llevaban dentro como una garrapata infecciosa que seguro mi admirado House les encontraría entre los pelillos de sus partes pudientes y con las pinzas extraería y mostraría con su sonrisa cínica a los allegados y familiares, ya cabreados, poco antes de que el paciente en cuestión la palmara, me mintieron vez tras vez haciendo caso omiso a mis peticiones, a mis ruegos, a mi única exigencia, mi única petición de amor y compromiso.

No importa qué les argumente, ni cómo, ni porqué. No importa que les explique lo importante que es para mí, ni que les haya dicho hasta la saciedad que por mucho que duela una verdad, jamás será un pesar tan inmenso como el que se sufre al saber lo mismo – tarde o temprano siempre se sabe – y encima comprobar que se pasaron por el forro tus demandas y te mintieron faltando a su promesa, pues tal es el daño que me han hecho con falacias que para poder continuar sin mirar atrás he tenido que pedir - a veces no ha hecho falta de tal tristeza que notaron en mí y salió de ellos -, una promesa.

Y parece que no importe. Impasibles se quedan contemplando que además del dolor por lo al fin sé, me veo a mí misma como una mujer engallada, humillada, burlada e infravalorada. ¿Acaso no ven que ese embuste que podían haberse ahorrado, con el paso del tiempo, por mi seguridad en sus palabras, con mi inocencia quizás estúpida, con esa falsedad que a la fuerza se tuvo que exponer con argucia, con mala intención y hasta yo diría que perversidad, se convierte en traición?

Y ¿hay algo peor que tu amor, tu amigo o la persona a la que quieres tanto te traicione? Para mí no. No hay nada peor que la traición de un amigo y no digamos la de un amor. Preferiría que me clavasen un puñal en la espalda. Al menos moría rápido y sin casi enterarme, y no así sufriendo durante meses el dolor insoportable que provoca un alma humillada y vencida, unas entrañas esgarradas y laceradas y un corazón roto, hecho añicos, un corazón para tirar a la basura.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Gente paralela


Yo puede que tenga un submundo tal y como hace unos años una gran amiga me reveló con gran salero – nos reímos todos los que estábamos allí – un submundo.
Recuerdo que fue en una de esas tertulias que solíamos tener después de las cenas y ante mi enésima vez de no creer algo que al parecer todo el mundo daba por sentado y poner yo cara de pasmo, asombro e incredulidad. Lo que se comentó entonces fue, si no recuerdo mal, que a Juan Pablo I lo habían asesinado. Yo, como tantas otras veces no lo creí, al igual que sigo sin creer tantas otras verdades o bulos que circulan por el mundo y que son comidilla en charlas de cenas, comidas y reuniones.

Así que aquí sigo, en mi submundo color rosa, sin creer que el príncipe sea un “Viva la Virgen”, que un tal Fulanito se la pegue a su mujer con dieciocho secretarias y catorce enfermeros, o que a la infanta la obligaran a casarse con Don Jaime de Marichalar. Porque si me equivoco, si lo que no creo resulta ser cierto ¿qué daño habré hecho con eso? ¿Quién puede sentirse perjudicado porque yo no crea esos, para mí, dislates o barbaridades que se comentan de gente ajena y lejana?
Muy diferentes me parecen a mí aquellas personas a los que yo llamo “gente paralela” por crearse un mundo aparte en el que viven tan sólo creo yo por poder así ser felices y comer perdices.

En este año ya he conocido a más de tres y a mí me han dejado confundida y trastornada, pues en ese mundo dónde tranquilamente habitan no pasan las cosas que sí pasan, la gente normal y corriente e incluso buena, son malos, malísimos de la muerte; y claro, ellos, la gente paralela, son buenos, generosos, sinceros, listos, intuitivos, prácticos, inteligentes. Vamos que con tal cúmulo de virtudes - que no digo yo que no sean algunas ciertas – a personas con no mucha autoestima las hunden todavía más, y cuando de tan exagerado no llegan a creerlo les llena de perplejidad, desconcierto y estupor.

A mí esto me parece bien, ¡qué digo bien! Me parece super-hiper-mega- fantástico. Si así pueden vivir de forma más feliz, cómoda o agradable, pues perfecto. Ojalá pudiera yo hacer lo mismo. ¡Ya te digo!
Lo malo es que no se quedan ahí. Lo malo es que cuando se les dice que la verdad es distinta – y en mi caso, con lo insegura que soy, ya tengo que tener pruebas tangibles y hasta certificados firmados y rubricados para poder indicarlo – en vez de reaccionar más o menos como yo lo hago en mi submundo, poniendo cara de asombro o diciendo sin ninguna acritud algo como “eso no puede ser” o “anda ya ”, optan por atacar. Se enfadan, o te gritan, o te sacan tus defectos sin venir a cuento, o se hacen los mártires y te achacan una maldad que no tienes, etc. En definitiva, te hacen daño. Y si encima te conocen un poco, embisten con aquello que saben más lesión te causará.

Y eso es lo que no alcanzo a comprender ¿por qué tienen que reaccionar haciendo daño? ¿Por qué cuando les menciono algo que no sólo creo que no les dolerá, sino que a veces, hasta pienso que les complacerá y podré darles un poco de alegría, reaccionan te forma tan extraña y , que me perdonen, censurable? Cuando hace un tiempo me previnieron de esto, cuando me alertaron de que así sería su comportamiento, no lo creí. Ni por asomo lo creí. Así que a ese amigo que me avisó fue precisamente a la que mandé a freír espárragos. Si es que no doy una.

Y toda esta gente paralela, puedo asegurar que antes no eran así. Ha sido este año. Todos los nuevos casos que voy conociendo son de este maldito año.

A mí me da por pensar que es un virus. Uno de esos que sólo ataca a animalitos – como la gallina o el mono africano- pero que un día va y se trasmite a los humanos, como en el caso de la gripe Aviar o el Sida. Cuando los médicos lo descubran igual le ponen mi nombre. ¡Ay no!, A un virus que no le pongan mi nombre por Dios, eso para cuando descubra un planeta en esta galaxia o una estrella intergaláctica. “Estrella Siberia” estaría bien ¿eh?

De momento iré con cuidadito no sea que me ataque a mí o a la gente que quiero, y me cuidaré muy mucho de no acercarme a la gente paralela a no ser que lleve una mascarilla protectora como los médicos de la planta de infecciones. Hasta puede que me ponga guantes quirúrgicos. O mejor hago como House que como nunca ve a los pacientes, pues nada de mascarillas ni guantes.
Y al amigo que me avisó y mandé a la porra, le pediré disculpas un día de estos diciéndole:

“Tenías razón, hay gente que sólo ayuda cuando no le causa el menor trastorno, cuando no interfiere en su cómoda vida. Hay gente que por no admitir una realidad que les haría ver que no son tan buenos como se creen, se inventan excusas, se inventan otro mundo y si hace falta hieren, hieren con feroz estocada”

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Gracias amigo


Y todo porque le dije a mi extraordinario amigo – lástima que no pueda usar el calificativo “boludo” porque siempre me sonó bien mientras no sabía su significado, pero ahora que ya lo sé, mira por dónde no lo puedo usar porque él precisamente una persona con pocas luces no es - que leía sus posts tomando café.

Me contestó que la mejor bebida – la que llega al alma creo que dijo, o algo todavía más bello - sin duda era el mate. Y yo, aunque no creí tal cosa - ¿Qué puede haber mejor que el café? – al no haber probado en mi vida tal bebida y considerando que él sí había gustado el café – no puede ser que haya gente que no haya tomado ni un solo café en la vida -, me comprometí a degustarlo. Además, si de verdad era algo tan especial como él contaba era algo que debía experimentar. Bastantes cosas pierde uno ya en la vida porque es imposible alcanzarlas.

Lo primero fue encontrar el mate. En ninguna de las tiendas ni supermercados de alrededor de casa lo tenían, es más en la mayoría no sabían ni de qué les hablaba.

Al final pude encontrarlo en el Corte Inglés que como siempre suele tenerlo casi todo. Por desgracia las tres marcas que tenían eran de un kilo. Me imaginé a mi misma tomando durante años tazas y tazas de mate y relegando mi café Nespresso - sí, ahora tengo ése, los he probado todos -en la despensa como si estuviera castigado el pobre.

Pero no había más, o un kilo o nada. Compré el kilo.

Pregunté a un amigo de aquí de esos que uno ve y oye y hasta puede tocar, pero de los que tan poquitos tengo, al que un día, hace años, había oído decir que de jovencito él y sus amigos tomaban una hierba rara - la verdad es que no recordaba el nombre pero por si acaso – si sabía cómo se hacía el mate, y él sin dudarlo me contestó que al igual que cualquier infusión: agua hirviendo o a punto de hervir, se tira la hierba y luego colar y ya está.

Eso hice. Y con mi primer mate en mi tazón rojo tan chulo y después de echarle hielo como aquí en verano solemos hacer con el café, le escribí le escribí a mi “no boludo” - lo siento pero me encanta el vocablo, tenía que meterlo como fuera - amigo que ya estaba tomando mi mate con hielo. Bueno, la que se armó: “¿En una taza?” ¿Con hielo? ¿Es que fuera de Argentina nadie sabe hacer mate?" Un poco más y le pido disculpas en nombre de toda España, del resto de Europa y de unos cuantos países africanos.

Así que me limité a que me diera él las instrucciones. Cosa que hizo con agrado y tan meticulosamente que hasta me mando una foto de su propio mate. La verdad es que mi amigo es un verdadero ángel y confieso que me siento muy afortunada de que se haya prestado a esta amistad a distancia.

Lo que tuve que pelear desde entonces. El cacharro, que encima lleva el mismo nombre que la yerba, no lo encontraba en parte alguna. Ni Corte Inglés ni nada. Y no digamos cuando pedía una bombilla en el departamento de enseres de cocina, me miraban raro y me enviaban al departamento de bricolaje o a una tienda de electricidad.

Qué no, que no, decía yo, que es un cacharro con dos asas y la bombilla es una especie de pajita para sorber. Me miraban más raro todavía.

Otra vez, ojeando en una tienda virtual de internet, creí encontrar por fin el mate y me apresuré a solicitarlo. Al cabo de dos días llegó a casa. Era otro kilo de yerba mate.

Total que no conseguía nada. Mi amigo tenía razón al menos para España. Nadie sabe hacer un mate.

Días más tardes notifiqué mi fracaso escribiéndolo en un comentario que dejé en uno de sus blogs y al poco tiempo un comentarista anónimo de mi amigo me contestó que podía servirse de otra manera, concretamente, como diría Bart, y cito textualmente:“ Siberia un consejo (si te interesa), proba consiguiendo un jugoso pomelo rosado, hacele un ahujero en una de sus partes (superior o inferior), hacele un hueco, dejandole algo de pulpa, llenalo de yerba, colocale la bombilla, cargalo de agua calientita y wala.....queda rico!” al que por supuesto contesté agradecida después de sobrevenirme a la perplejidad con que me quedé ante la sorpresa de un pomelo. Y aunque era cierto y desde luego un pomelo se puede conseguir fácilmente, a mí me seducía la idea de que al menos las primeras veces que lo tomara fuera algo totalmente auténtico. Además aunque comprara el pomelo, ¿de dónde sacaba la bombilla? Estaba en las mismas.

Pero yo que para tantas otras cosas desisto a la primera, en esto no me desanimé y seguí preguntando por todas partes con mi consabida explicación del cacharrito de metal o barro con un asa o dos y el palito para sorber. Bueno, hasta imprimí la foto.

Y todo esto demuestra….nada. No demuestra nada porque si es verdad que al final conseguí lo pretendido, lo más valioso para mí, lo más importante y trascendental para mi vida, por mucho que luché, perseveré y perseguí, no lo pude obtener. Si ya desistí, es porque no hay absolutamente nada más que pueda hacer.

Pero eso sí, este post está escrito después de haber saboreado una bebida muy especial, no sólo por su excelente sabor, sino por esa manera tan especial de tomarlo, como un ritual.

Sí, reconozco que me ha gustado su sabor, me ha encantado la experiencia y que más veces lo he de tomar – y no sólo porque tenga dos kilos -

Amigo mío la próxima vez que me imprima su post para leerlo apaciblemente desde mi cómodo sofá encarnado o si ya es noche desde mi blanquita cama, en vez de acompañarlo con un café, lo haré por fin con un buen mate.

Mi más tierno beso esta tarde es para usted.


Dedicado a un tal Aon.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Hiromi Siberia o Siberia Uehara






Hace días que quiero hacer un post para hablar de ReDz y ya no lo voy a postergar más. Dejo todo lo demás apartado en un rincón porque esta noche es sólo para él.
ReDz es un hombre maravilloso: es generoso, altruista, sincero, divertido, bueno, fiel, compasivo, noble, honrado y más cosas que no pongo porque si no nadie lo iba a creer. Pero sí, el es así. El mejor hombre que conozco y desde luego al que más quiero.

Él, a pesar de la distancia que ahora nos separa, sigue haciéndome reír – sí otra de sus virtudes es que es un auténtico payaso – sigue preocupándose de mí, intentando que sea feliz sin importarle cuánto tiempo tenga que dedicarme ni qué tenga que sacrificar por ello.

ReDz nunca me ha mentido, jamás ha roto sus promesas y siempre me ha sido fiel. Por eso cuando, como ayer me dice que siempre me querrá, yo lo creo. A pesar de ser hombre yo lo creo – tanta es la fe que le profeso-

Bueno, vamos a ver, no es que no tenga más amigos de sexo masculino, - a ver si alguien va a pensar que soy monja, gay absurda, radical feminista en su aspecto más extremista o una especie de monstruo de las galletas, sólo que en vez de galletitas como hombres a bocados y por tanto son ellos los que no se me acercan – tengo muy buenos amigos varones – aunque pocos, lo reconozco -y algunos de ellos por nada me gustaría perder pues les tengo auténtico afecto y cariño. Pero la verdad es que, si me pongo a pensar, prácticamente todos, – alguno se salva, claro- tienen como pareja, novia o esposa a una mujer que les da ciento y raya. Vamos, que si tuviera que elegir me quedaba con la consorte sin dudarlo, incluso en aquellos casos en que fue al hombre al que conocí primero y de él fui buena amiga durante tiempo. Pero bueno, es normal, son hombres magníficos así que claro, encuentran mujeres maravillosas.


-¡Qué cosas! Cuántas amigas excepcionales que tengo. Igual debería plantearme lo de ser gay. No, imposible, ninguna de mis amigas es lesbiana ni por asomo. Ni tan siquiera hay ninguna bisexual. Todas son como yo: aburrida y completamente heterosexuales. Lo dicho: ¡Qué cosas!-

Pero no es el caso de ReDz, ninguna de sus acompañantes, compañeras, ni amigas le llegan a la suela de los zapatos. Y es que nadie puede parecérsele. En su ser, un tanto callado e introvertido, se esconde sin duda el mejor de los hombres. Y hasta me atrevo a decir que supera a prácticamente todas las mujeres que conozco. Bueno, sólo lo iguala una xiqueta encantadora que para mi fortuna también forma parte de mi vida.
Mi amadísimo ReDz, para despejar la duda que dejaste en tu blog, aquí dejo la portada del último CD que otro hombre – tranquilo que no lo quiero más que a ti – me regaló.




sábado, 6 de septiembre de 2008

Otra extraña pareja



Pocos días después que La Xiqueta se mudara de casa y se viniera a vivir conmigo me vino a la memoria por asociación de ideas la película “La extraña pareja”. Y cuánto más tiempo pasa más nos veo como a los protagonistas de dicha película. Es más, si creyera en los viajes en el tiempo yo aseguraría que Neil Simons vino a este nuestro presente, se plantó aquí y viéndonos a las dos en nuestro día a día regresó al pasado con un guión bajo el brazo al que evidentemente le sacó partido, primero con su obra teatral y luego con el guión para la película de Gene Saks.


No es que yo sea exactamente como Félix – el personaje -, ni desde luego tengo la cara de Jack Lemmon; y La Xiqueta no tiene el agrio carácter de Oscar y claro tampoco la cara de Walter Mattahu, pero en lo que respecta al orden y limpieza. …Es que es igual.

Yo, lo admito, soy extremadamente ordenada, en mi casa todo está siempre en su sitio. Cada cosa, cada enser, tiene un lugar específico – caja, estante, cajón o armario - dónde se guarda. Es más, dentro de la mayoría de los armarios coloqué cajoncillos a medida y hasta les pegué con Loctite un letrerito que por supuesto imprimí después de elegir un tipo de fuente agradable a la vista, tamaño adecuado para su fácil lectura y un bonito color, para que quedara bien claro tanto para mí como para cualquiera cuál era su contenido exacto.

Por ejemplo mi botiquín es una cajonera – el botiquín ese que te regalan en la mutua lo tiré a la basura ya que, como diríamos Raúl y yo, “Cero usabilidad” – cuyos cajones están perfectamente diseñados para poder encontrar en el menor tiempo posible lo que se necesite. Y como sé que la gente que habita mi casa, sea de continuo o temporalmente, son muy despistados y olvidadizos, por si necesitaban algo y yo no estaba – a veces aún estando me llamaban y me hacían subir - les coloqué sus respectivos letreritos en color azul eléctrico, fuente Tahoma y tamaño 16. Vamos, un diez en usabilidad que me pondría Raúl si todavía estudiara con él. Y si no me creéis mirad como están separados los avíos y medicamentos:

· Analgésicos

· Digestivos

· Antibióticos

· Sintomáticos

· Heridas – éste cajón lo hice más grande porque el alcohol y el agua oxigenada abultan mucho y encima están las tiritas, el Betadine, el algodón, etc

· Auxiliares – aquí están cuidadosamente instalados, las tijeras, las muñequeras, los dos termómetros (el de mercurio y el digital), las pinzas, guantes de latex, etc

· Otros – aquí es dónde pongo lo que no sé dónde meter, pero desde luego debe ubicarse en un botiquín.

Y así en todos los sitios destinados a guardar: la despensa, el armario de herramientas, el de la limpieza, etc. Bueno, no tanto, sin exagerar que no en todos los contenedores y cajones tengo letreritos.

La Xiqueta en cambio es todo lo contrario. Adentrarse en su habitación es para mí una auténtica tortura. Ha habido veces que al entrar, ya parada en la puerta me quedaba con la boca abierta del espanto y entonces ella me gritaba:”No mires, no mires” en su afán por tenerme feliz y en ese temor que debe tener de que me de un colapso el día menos pensando.

Al principio le decía algunas cosillas, una riñita vamos, pero ella ponía esa carita de perrito abandonado y claro acababa abrazándola y dándole besos en vez obligarla a que recogiera el albornoz y lo colgara en su perchita del baño – la segunda por la derecha - o colocara los siete pares de zapatos esparcidos por cama y suelo en el zapatero.

Ahora ya no le digo nada - bueno casi nada - porque además también sé que por su parte, al verse las cosas de forma inversa, debe ser ella la que sufra ante lo que para ella será mi exasperante manía por el orden.

Ya lo dije, igual que en la película.

La diferencia está en dos cosas:

1: Nosotras al fin hemos llegado al siguiente acuerdo: ella intenta no desordenar las estancias compartidas de la casa y yo no digo absolutamente nada respecto al estado de su habitación sea cual sea éste.

Además he visto que es fácil, sólo tengo que, antes de penetrar en su alcoba, relajarme, respirar profundamente, contar hasta tres y al entrar intentar dirigir mi mirada sólo a ella. ¿Acaso hay algo más bonito?

2 : Nosotras nos queremos mucho más que Oscar y Felix se querían. Tanto nos queremos que todas nuestras manías, defectos y otros fallos, vicios o sombras, se van como todo lo inútil que hay en mi casa: a la bolsa de la basura - eso sí, bolsa de basura verde manzana, perfumada y antibacteriana, que se guarda junto a las demás en el segundo cajón empezando por arriba del armario de productos de limpieza –

viernes, 29 de agosto de 2008

Tengo un nuevo primo


Hoy La Xiqueta y yo hemos ido a tomarnos un café. Ella con hielo y yo granizado, claro.

Apenas nos hemos acercado a la barra para pedir ha acudido Dana que me dice muy contenta:

- Ayer estuvo tu primo aquí esperándote.

- ¿Mi primo? – le pregunto asombrada ya que mis primos, los varones, están todos lejos y no saben ni dónde vivo.

- Sí - sigue Dana que no ha captado mi asombro – dijo que como sabía que ésta era tu cafetería preferida y que siempre venías por las tardes, te iba a esperar. Y, fíjate, ayer justo no viniste.

- No, ayer estuve…¿Mi primo? – vuelvo a preguntar después de la empezar a contestarle sobre mi viaje, con auténtico pasmo pues que un primo mío venga desde su ciudad hasta aquí es muy improbable, pero que además sepa dónde voy y que cafetería es mi preferida ya es totalmente imposible.

- Sí – contesta Dana que como ya empieza a notar mi estupor continúa hablando ante mi cara perpleja –un chico guapo (la cosa se pone interesante), calvo (sigue igual de interesante porque los calvos tienen su aquel y francamente prefiero a un hombre calvo que con pelo de tortilla) y, muy, muy simpático (la cosa está rozando la perfección) Te estuvo esperando toda la tarde.

Miro a La Xiqueta que continúa muda a mi lado como si tal cosa.

- Dijo que era tu primo – me dice ya un poco asustada Dana como si quisiera disculparse por no haberle pedido el carnet de identidad, el pasaporte y unas explícitas credenciales.

Es tan bonica mi Dana, que con un “Ah, ya” miento como una bellaca para que no se sienta mal– y mira que yo miento poco, pero me da pena mi Dana. Es demasiado ingenua, demasiado sensible. No quiero que se sienta mal por nada si lo puedo evitar.

Ella suspira aliviada y La Xiqueta y yo vamos a la mesa.

- ¿Quién es? – me pregunta La Xiqueta.

Entonces pienso que debo haber mentido muy bien, pues, que Dana me crea es fácil, es más crédula que yo, que ya es decir, pero que se lo haya creído La Xiqueta ya es otro cantar, ya te digo. Igual sí que sé mentir y no me había dado cuenta. Claro, como nunca lo hago, creía no saber, pero mira por donde igual tengo ese don tan absurdo, estúpido, cruento… y no sigo porque no quiero, pero podría encontrar decenas de viles adjetivos para la mentira y ya no digamos para los mentirosos - ¿Se nota mucho que me han hecho daño con mentiras? -

- No tengo ni idea – le respondo a La Xiqueta

- O sea, te ha salido un primo nuevo y tú sin saberlo – afirma sonriendo La Xiqueta.

- Sí, tengo un primo nuevo, guapo y calvo – contesto jocosa.

Mientras Raquel nos sirve los cafés, ambas reímos con ganas.

Mañana a las ocho y media de la mañana, antes de que abran la cafetería, cuando solas estamos mi Dana y yo, con nuestro primer café en el bar de enfrente como cada sábado hacemos, aclararé con tiento y mimo las cosas con Dana.

jueves, 21 de agosto de 2008

Mi tímida Dana y yo


Ayer después de que Joan me ayudara con la mesa de la terraza dejándola brillante y preciosa - sí, aparte de poder brindar también puedo ya encontrar gusto por arreglar mi casa- , le invité a tomar un café que como suele pasarme, a pesar de decir que sí, cambió por otra cosa, y es que la gente no acostumbra, como yo, a tomar café a todas horas.


Cuando llegamos a la calle y mientras él iba a ver no sé qué cosa de su moto yo me acerqué a la cafetería encontrándome a Dana hablando por el móvil. Al verme me sonrió y señalando el teléfono me dice gesticulando con la boca:

- Es él.

Yo asiento y marcho hacia una mesa para dejarla que hable con intimidad, pero antes de que llegue, Dana me toca en la espalda.

- Era él -vuelve a repetir emocionada como la niña enamorada que es.

- Me encanta que estés tan enamorada – le respondo sinceramente.

- Yo tengo amor para todo el mundo – dice con una sonrisa.

- ¿A mí también me quieres? – le pregunto medio en broma.

Y entonces para mi sorpresa y agrado se me tira al cuello, me abraza fuertemente y me da un beso en la mejilla para después declararme:

- Como no te voy a querer? Eres mi cliente favorita.

Yo la abrazo emocionada ante tanta dulzura y le digo que yo también la quiero.

En ese momento aparece Joan que entre su extraordinario carácter extrovertido y seguramente confundido ante lo visto, le dice a Dana:

- Hola

Y acercando la cara le planta a la tímida Dana dos besos en las mejillas.

Ante la cara pasmada de mi retraída Dana que se ha quedado sin habla, decido presentarlos.
Joan intenta seguir hablando y empieza un “encantado” pero mi Dana casi corre a esconderse tras la barra.

Mientras nos sentamos en la mesa y le explico que sólo es una camarera del bar me pongo a pensar en que Joan es un celoso que ha tenido que intentar robarme a mi amiga.

Pero, luego, ya sentada y mientras Raquel me sirve mi café que no necesita pedido, me pregunto si no seré yo la celosa, yo la que no puede evitar que no me siente bien que la magia de un beso conseguido después de semanas de timidez por ambas partes – la de Dana y la mía – venga uno que no la conoce de nada y la rompa sacándole dos de golpe. ¿Quién es el celoso? No lo sé. Pero empiezo a pensar que yo.

En ese momento interrumpe Joan mis pensamientos que ya ha pedido su tónica para decirme

- Qué pensativa estás. ¿Qué pasa?

Rápidamente cojo mi pajita y sorbo mi café granizado porque francamente, no sé qué narices contestar.

martes, 19 de agosto de 2008

Ya puedo brindar


Ya puedo brindar con alegría. O al menos ya sin tristeza y eso es mucho cuando se viene de un pozo negro y sin fondo del que uno nunca pensó saldría.

Y este mi primer brindis después de tanto tiempo de lamentos y lágrimas, no quiero que sea ni trivial, ni frívolo, ni vano.

Por eso aún sintiéndome con ánimos para hacerlo no brindé en la cafetería con mi cóctel sin alcohol de color rosa que preparó Aníbal para mí – sin alcohol y rosa, gran tipo - Me reservé para hacerlo aquí, donde tantos amigos hallé y muy pocos perdí. Porque hasta esa gente que me quiere y que yo amo tanto pero no quisieron - ni seguramente querrán nunca- comentar, sí leyeron el blog. Lo sé, me lo dijeron,
Brindo por las personas buenas que tienen corazón además de un hermoso, feo o mediocre cuerpo- a mí me da igual cómo sea éste - Por todos aquellos que no se quedan en lo superficial y buscan en el interior de la gente que pasa bien por obligación, bien por azar por su vida.
Brindo por los generosos, los de alma limpia, los piadosos, los compasivos. Los que puede que tengan las manos frías en invierno pero siempre tienen el corazón caliente como el fuego vivo en una chimenea de una casita en las altas montañas.

Brindo por los que dan sin esperar recibo de vuelta. Por los que están ahí ofreciéndote cuanto tienen.

En resumen, brindo por las buenas personas.

Por ellos alzo mi copa.

Hoy brindo por los ángeles. Los ángeles que me encontré.

viernes, 15 de agosto de 2008

A este paso, yo canto mañana


Hoy después de la ducha decidí ponerme ropa cómoda - es fiesta -

Así que saqué unas mallas blancas que ni había estrenado todavía de malillas que son las pobres y una camisa de "Un poco mejor que todo a cien " tambien llamado "Un poco mejor que los chinos" o como se llamaría donde habita ahora ReDz "un poco mejor que todo a cien yenes" que por cierto me venía grande y la tuve que anudar con un cinturón rojo que saqué de mi cajón de cinturones - soy muy ordenada -


Al mirarme en el espejo me encuentro con un reflejo inesperado: estoy guapa.

¿Guapa con esto? ¡A saber que me estará dando La xiqueta por las noches!


Cuando al bajar a la cafetería mi rumanita Dana me dice que estoy guapísima y Dani me sonríe y comenta en ese tono vergonzoso que tiene a veces : "Es verdad", confirmo lo sugerido por mi espejo.


Entonces me viene a la memoria el refrán: "Aunque la mona se vista de seda, mona se queda" y recordando a gente que se gasta más en una corbata que yo con todo mi vesturario de verano o esa gente que si le quitaras todo lo que lleva encima y lo subastaras podrías paliar el hambre de medio mundo durante ocho meses por lo menos, y siguen teniendo cara de torta - que por supuesto no importaría nada si no fuera porque esa cara de sandía que lucen, o mejor deslucen, es porque tienen el corazón más helado que una ensaladilla de Frudesa -me digo: "¡cuánta razón tiene el refrancillo!"

Pero además se me ocurre uno nuevo:

"Aunque la guapa se vista de Venca, guapa se queda"


¡No veas que contenta me he tomado hoy el café granizado!


sábado, 9 de agosto de 2008

544 Km a lo Thelma y Louise




No, ningún hijo de puta quiso violar a la Xiqueta ni yo le pegué dos tiros a ningún cabrón animal. Ni nos persiguió la poli, ni nos tiramos por ningún precipicio.

Pero sí éramos dos mujeres viajando con nuestras gafas de sol en un coche, huyendo de un vivir malsano en el que dirécta e indiréctamente nos hemos visto envueltas por alguien que ha hecho mucho daño, muchísimo, damasiado.

Y al igual que en la película La Xiqueta se portó como una Thelma intentando que desapareciera mi tristeza. Sólo que en vez de atracar un comercio a punta de pistola se conformó con ir poniendo canciones y canciones hasta que fue a dar con una antiquísima canción que de tantos años hace que no oía que era imposible que pudiese asociarla a ningún recuerdo con él.

Era entonces la época de la inocencia, de la esperanza, de la inconsciencia y la alegría de vivir. Yo la cantaba y bailaba siempre. Luego pasaron los años, la olvidé. Y ayer de pronto la Xiqueta la hace sonar en el coche y al observar mi agradable sorpresa - sólo con las primeras notas la recordé -, le da toda la caña al volumen y empieza a cantar.

-Es chula – dice mientras mueve sus brazos al compás.

Y al final lo consigue. Logra esa muchacha de color naranja que es de lo mejor que uno puede encontrarse en la vida, que cante.

Después de meses de silencio absoluto en mis cuerdas vocales, de imposibilidad física o mental o ambas cosas a la vez, ayer canté. Canté con ella en un coche a lo Thelma y Louise.

Y ella, viendo el resultado, puso la canción cuatro veces. Ayer la Xiqueta y yo cantamos en el coche.

Ahí os dejo la canción que consiguió el milagro. No, el milagro lo consiguió ella. Porque ella en sí ya es un milagro.

lunes, 4 de agosto de 2008

Arsénico por compasión y tal




Hoy me voy a copiar de La Xiqueta para que mi blog pueda compartirlo un tal ReDz que es demasiado vago para ponerse con su propio blog. Así que La xiqueta dejándole compartir el suyo, posteó un diálogo a través del messenger que tuvo con él.

Lo mismo hago yo hoy por él. Pero sólo porque es un payaso, que me hace reír. No sé cómo lo consigue pero me hace reír.

ReDz: ¿ Para cocer los huevos de codorniz hay algo distinto que hacer?
Siberia : No
ReDz : ¿Seguro?
Siberia : Sí, agua con un poco de vinagre y diez minutos de hervir a todo trapo .
ReDz: ¿Seguro??
Siberia: Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
ReDz : En todas las webs dicen que no pase de 6 minutos hirviendo
Siberia:Pues pon seis
ReDz: ajaaaa No tan seguro ahora
Siberia:Yo pongo diez pero imagino que al ser más pequeños bastará con diez, digo seis. Mira el listo
ReDz: ¿Se echan una vez el agua hirviendo, no?
Siberia :
ReDz: Es que en algunas pone que echarlas antes
Siberia: Yo las echo antes
ReDz: ¿Y que diferencia hay ?
Siberia: Que no me quemo
ReDz : ¿Pero no hay diferencia en la coccion?
Siberia : No, ninguna
ReDz : Ummm, ¿seguro?
Siberia : Siiiiiiiiiiiiiiiiiii
ReDz : No sé yo
Siberia : Ya me estás agobiando con tus huevecitos
ReDz : Entonces ¿ por qué me dices que si cuando pregunto que hay que echarlas cuando empiece a hervir ? eh, eh, eh,
Siberia: Estoy de tus huevos hasta el gorro
ReDz : O de mi gorro hasta los huevos. En fin
Siberia: Eres subrrealista
ReDz : No sé si fiarme de ti, pero en fin. Si salen mal les diré a todos que es culpa de mi madre.
Siberia: Sí, hazlo, diles que no sé hacer huevos, como no tengo .
ReDz : Ya sé que no tengo madre, no me lo recuerdes.
Siberia : Idiota digo yo
ReDz : ¿Idiota dices tú?
Siberia : Que no tengo huevos.
ReDz : Encima me insultas. ¡Pues compra!
Siberia : Eres el colmo.
ReDz : Y tú la colma de mi vaso.
Siberia : Eso no ha estado muy gracioso que digamos
ReDz : Bueno, las estadisticas me avalan. 4 de cada 5 chistes graciosos.
Siberia : ¡Qué tontería! Estás perdiendo tu payasitez
ReDz : Se te ha ido una letra. Cuando escribias "parasitez"
Siberia : Así que y tal. Ese es mi ReDz. El tal
ReDz : Y cual. Ahora soy el tal, he pasado de un color a un monosilabo. ¿Qué sera lo proximo?, ¿Una interjección?
Siberia :Mira que eres tontaina . Puedes ser Ojó
ReDz : "Ojó", ni siquiera es una palabra, qué triste, no llego ni a interjección
Siberia: Una interjección japonesa
ReDz : Sobre todo ojó que los japoneses no tienen ese sonido
Siberia: Bueno a ver que tal: Alé
ReDz : "Alé" ¿Qué soy musulman ahora?
Siberia : A ver ¿ qué narices dicen los japoneses?
ReDz : ¡Y qué bueno ! La L tampoco la tienen, pero en fin
Siberia : Deja de mofarte de mí
ReDz : Y tampoco tienen tildes
Siberia : Espera, es tu hermana
ReDz: ¿Cúal de ellas?
Siberia : Una que dice que eres tonto
ReDz : ¿Cúal de ellas?
Siberia : Una que dice que eres tonto y que es tonta ella misma .
ReDz : Ah, hola, Andrea.
Siberia : Pobrecita. No le tienes compasión
ReDz : La tengo simpasión
Siberia:Le dejaré leer todo esto y veremos que te dice .Prepárate
ReDz : ¿Qué va a decir? "eres tonto, yo soy tonta"
Siberia : Ella no es tonta
ReDz: Eso ¿qué significa, que yo si?
Siberia : No, nooooo. Tú tampoco
ReDz : Es como el chiste
Siberia : ¿Cúal?
ReDz : El de que dicen que cuando Hitler resucitara volverá y matara a todos los judios y a un payaso.
Siberia :¿Qué payaso?
ReDz : ¿Ves? Nadie se preocupa por los judios.
Siberia: ¿Qué ?¿Cómo van tus huevos?
ReDz : Pues voy a poner el agua ahora que me estas liando
Siberia: Yo no te lío. Tú invitas a comer a la gente a huevos de codorniz y luego te escaqueas
contando chistes malos. Anda, ve y pon los huevos
ReDz : ¿Cómo que me escaqueo ? Si aún quedan horas para la cena .
Siberia : Eso, que en vez de hacer los huevos, ahí estás dándole al palique
ReDz : Vale, adios, cierro .
Siberia : Noooooooooooooooooo. ReDzdecito
ReDz : ?
Siberia : Diminutivo cariñoso de ReDz .ReDzdecito mío. Hala, ésta cuando quiere abandona. Será...
ReDz : Pérfida
Siberia : Ahhhhhhhhhh . ¿Estás loco?
ReDz : Pérfida. Sólo completaba la frase. Merluza .
Has dicho "ésta" . Ignorante
Siberia : Oye, cuidado con lo de ignorante. El teclado y yo somos un mundo aparte. No soy ignorante
ReDz : Bueno, pues entonces "iletrada" . e-iletrada
Siberia : Pérfido, malvado
ReDz : Zopenca
Siberia : Voto a Bríos
ReDz : Pues yo voto a tal y cual
Siberia : Tal no es nada
ReDz :"Voto a tal" existe
Siberia: No
ReDz : ¡Qué lo decia Sancho Panza!
Siberia : No
ReDz : Qué nos apostamos
Siberia : Te odio
ReDz : xD
Siberia :Te odio mucho Brandabarbarán de Boliche.


A mi ReDz por ser tan payaso y ponerse por fin a leer "Don Quijote" y a mi Xiqueta por haberlo leído ya y por obligarme a postear este diálogo. A ambos gracias por hacerme pasar un tiempo sin pensar en nada más que en vosotros.

jueves, 31 de julio de 2008

Qué más da si eres feliz




Siempre me gustó cantar. En la ducha, mientras limpiaba la casa, mientras cocinaba...

Yo cantaba y bailaba cada vez que me daba la bola y todo lo que se me venía a la mente en cada momento. La gente de mi alrededor cuando me oía a veces se extrañaba por las canciones que me escuchaba, pues igual cantaba a Serrat, a Jackes Brell, alguna absurda canción infantil, que a Rocío Durcal, Lluis LLac, etc.

Ahora hace unos meses que no canto, pero es que ahora no soy feliz.

Pero hoy recuerdo con nostalgia aquel día de hará unos tres años en que yo mientras quitaba el polvo del salón empecé a cantar el estribillo de una canción oído el día anterio en la radio y de quien no tenía idea era su autor, ni la cantante. Sólo se me quedó el estribillo como suele pasar a veces en la sesera y allí que me puse a cantar a viva voz. Se me acercó entonces La Xiqueta y me preguntó asombrada:

- ¿Estás cantando a Chenoa?

Así supe que cantaba una canción de una triunfita y claro, lo poco que debía gustarle a La Xiqueta tal cantante.

Pero como le contesté aquel día a mí me daba igual. Era pegadizo y cantable y con eso me bastaba.

Y es que a veces da igual si la canción es mala o buena y su cantante malo o peor.

Cuando eres feliz, todas estas cosas dan igual.

Hoy para que se ría un poco La Xiqueta, le dejo este vídeo de la famosa canción y aunque no le guste nada, se lo dedico.





Para ti Xiqueta, ya que como ya sabes eres otra de mis personas favoritas, eres otra de las que no defrauda. y además te prometo que el día - que como tú dices llegará - en que vuelva a ser, aunque sólo sea un poco, feliz, ésta es la canción que primero he de cantar.

viernes, 25 de julio de 2008

Grandes decepciones


Pensaba ayer en las decepciones que me he llevado en la vida. Todas me han dolido, eso creo que es normal, unas más, otras menos, pero nunca hasta ahora me han llegado tan hondo como las que he tenido en este annus horribilis que estoy sobrellevando. Porque han sido decepciones de gente que para mí ahora son ídolos caídos, de gente a la que más que amar idolatraba. Esas decepciones me han roto el alma. Esas son, pensé, Grandes decepciones.

Esto último me hizo hilvanar con otro pensamiento, en concreto con el capítulo de Colombo - que por cierto es uno de mis preferidos - titulado “Grandes decepciones”

Como no me apetece escribir sobre esas grandes decepciones con las que la vida me ha sorprendido, y encima la memoria, que suele fallarme en montones de cosas, no lo ha hecho sin embargo con tal capítulo, prefiero dejar plasmado esa cómica e irónica coplilla que el que el general Padget y Frank Brailie a dúo recitan en la mesa:


La vida sexual del camello
es más rara de lo que éste finge ,
se recuesta a la sombra de la pirámide
e intenta tirarse a la esfinge.
Mas la esfinge es sólo una estatua
que impasible no mueve un cabello,
lo que explica su sonrisa fatua
y las jorobas del pobre camello
.
Hala, ahí queda y se lo dedico a Redz, una de las pocas personas que no me ha decepcionado y que además, como yo, es un seguidor apasionado de la serie Columbo.

¿Qué Redz ¿ ¿ Te acordabas?

miércoles, 23 de julio de 2008

El paraíso de mis no amigos


Hace algún tiempo una persona que necesita ayuda y yo con agrado se la ofrecí me escribió en una tarjeta pegada a un bello ramo de flores que es en las malas épocas cuando encuentras a los verdaderos amigos. ¡Cuánta razón tenía!

Porque justo cuanto más necesito de la gente que hasta ahora tenía a mi alrededor, justo es cuando están desapareciendo todos como por ensalmo.

Algunos al menos me dan excusas, tontas, pero excusas, pero la mayoría ni eso. Se han limitado a pasar de mí olímpicamente. Ni siquiera me cogen el teléfono, ni me contestan a los mensajes que he ido dejando, ni me devuelven las llamadas. Ni siquiera responden a mis cartas o mis mails. Se esfumaron.

Igual en estos últimos meses se ha ido creando un paraíso del que nadie me habló al que se están marchando todos ellos y juntitos. Igual allí están disfrutando de bellos nenúfares, casitas hermosas y grandes lagos. Y claro, como allí no hay ni teléfono, ni internet, ni correos, pues no se pueden comunicar conmigo ni siquiera para darme ánimos o saludarme. Porque ofrecerme ayuda, desde su edén de tan agradable estancia los pobrecitos no me la pueden dar aunque seguro que les gustaría y se sienten muy apenados por no poder proporcionarme nada de nada.

Aunque esto del paraíso me resulta un poco raro dado que me voy enterando de cosillas que me hacen sospechar que al menos de vez en cuando sí salen de ese vergel donde igual hasta llegan al nirvana.

Así que como sé muy bien que sí podrían comunicarse conmigo en esos días de descanso de su cielo, también sé que no son amigos aquellos que tanto presumían de ello. Fue todo palabrería e interés.

Supongo que no es lo mismo pedir y que te proporcionen lo demandado que al revés.

He llegado a la conclusión de que es sólo una cuestión de egoísmo. Ahora que ya tienen todo lo que necesitaron de mí y nada más pueden obtener: adiós muy buenas y si te he visto no me acuerdo.

Sí, en las malas épocas es cuando se encuentran a los verdaderos amigos. Y a ellos y solamente a ellos los he de cuidar y querer para siempre.

domingo, 20 de julio de 2008

A un hombre maravilloso


En los momentos más insospechados te topas con alguien que al descubrirse ante ti tal cual es, te asombra.

He conocido a un hombre maravilloso.

Es honrado, buen amigo, trabajador como el que más y con una calidad humana sin paragón. Es una excelente persona.

De todo lo que conozco – y da igual si es poco o mucho –es la mejor persona que me he encontrado jamás.

No puede ser para mí. Así son las cosas. ¿No se dice que todos los tíos buenos o son gais o están pillados? Pues con los hombres extraordinarios debe suceder algo parecido.

¡Mecachis!
Así que tendré que conformarme con la enorme suerte que tengo de que sea mi amigo.

¡Será posible!

domingo, 13 de julio de 2008

A Marieta





Después de un despertar agónico, pues amén de sólo dormir tres hora, otra vez tuve esa pesadilla repetitiva dónde la alegría del despertar a mí sólo me dura un fugaz momento ya que la pesadilla es real y ya por mucho que lo intente porque sepa que necesitaría dormir más, no puedo volver a conciliar el sueño, es demasiada la congoja que me embarga.

Después de sabiendo como sé que yo misma podría evitar una parte de ese daño, pensar durante mucho tiempo – no sé cuanto - sin que sirviera para nada pues hora decidía comportarme de una manera y a los pocos minutos y contradiciéndome a mi misma resolvía actuar de la forma contraria.

Después de darme cuenta que, precisamente hoy, no podía por mucho que así me lo pidiera cuerpo y mente hacer como otras veces y quedarme allí, acurrucada bajo mis sábanas con la cara entre mis almohadones blancos acostumbrados ya a mojarse con mis lágrimas, sin hacer nada, absolutamente nada, excepto llorar.

Después de hacer un esfuerzo inmenso de voluntad por levantarme, ducharme, vestirme con las ropas que sé le podrían gustar a esa mujer a la que iba a ver y decirme en silencio y sin cesar “hoy tienes que estar bien, a la fuerza tienes que estar bien porque es un compromiso, y los compromisos se cumplen”. Porque así es como pienso, que lo que se dice se debe cumplir sobre todo si el no hacerlo puede causar dolor o perjuicio a alguien.

Después de tratar de buscar ayuda para salir de esa tristeza que hoy sin remedio debía alejar de mi mente y no conseguirla de nadie con los que lo intenté.

Después de agarrar mis gafas de sol y ponerme en la cara mucho, mucho maquillaje antes de entrar en ese coche en que habría de pasar tres cuartos de hora y en el que habría de seguir intentando con ahínco alejar mi sufrimiento para poder así fingir como cada vez que ocurren estos encuentros míos.

Después de aparentar una felicidad inexistente disimulando y encubriendo la verdad, yo no sé ni cómo, para poder obsequiar a esa mujer a la que quiero tanto con lo que más desea. Porque yo sé, de hecho lo dice sin reparo alguno, que todo lo demás que hago, a excepción de los regalitos que le llevo, le da igual, completamente igual. Ella sólo quiere verme y saberme feliz. Y lo he hecho, lo he conseguido a pesar de todo y de todos, y con ello – y eso sí ha sido algo bueno en este día -, he tenido la mejor recompensa: su felicidad envuelta en sonrisas.

Después de tener que soportar un padecimiento y unas dolencias de alguien que sé positivamente exagera en exceso sin poder – al menos yo no puedo - decir nada.
.
Después de todo esto, me he tomado un café con Marieta.

Y por primera vez en mucho, mucho tiempo he oído las frases más sensatas que nadie me había dicho hasta ahora. En todo, en absolutamente todo lo que me ha comentado mientras tomaba yo ese café y ella sólo miraba el suyo, coincidía completamente, palabra por palabra con lo que pienso yo. Era como si mágicamente por fin alguien expresara lo que yo creo y siento pero que al parecer otros no comparten.

Y allí, entre sus sabias palabras, su enorme dulzura, nuestras emociones y nuestros ojos de vez en cuando un tanto empañados, después de tan desastroso día, por fin he encontrado la paz.

Gracias Marieta. Sabes que te llevo en el corazón y que te profeso un amor como a muy pocos. Pero hoy algo más debo decirte porque tú Marieta, sin saberlo, me has dado esa calma y armonía que tanto necesitaba mi espíritu.

Hoy, gracias a ti he acabado mi día con serenidad y sosiego.

Tanto buscar Marieta y ya ves, sólo necesitaba tomar un café contigo.

martes, 8 de julio de 2008

O es mi ordenador o es un fantasma


Desde mi post "Para el Sr. Fiscal" dos nuevas cosas me han acaecido que me dan por pensar si será cosa de mi ordenador tal y como pensaba o más bien en esta mi casa tengo un fantasma travieso, que por el hecho de ser fantasma - no lo veo tras de mí - se ha aprendido mis contraseñas y cuando estoy dormida, tumbada en mi sofá o simplemente alelada, se dedica a entrar en mi ordenador para hacer diabluras y jugarretas de esas que les gusta hacer a los fantasmas.


Hace cuatro o cinco días - no recuerdo bien - mi messenger volvió a darme problemas. Al abrirlo noté que tanto mi nombre, como el mensaje personal y mi foto habían desaparecido. Así sin más. Mi messenger me había robado mi identidad con todo el morro. Como siempre empece a hacer probatinas tontas que no sirvieron de nada. Al final ,y eso sí, antes que otras veces, me remití a probar con el truco de siempre: reiniciar el ordenador o como vulgarmente nombran los propios informáticos: apagar y encender. Funcionó y volví a tener identidad para mi sosiego ya que eso de nos ser nadie y tener como foto al peón - sé que tiene otro nombre pero yo lo llamo peón - me perturba enormemente. Quiero ser Siberia y no tener cara de peón.


Pero ayer, otra travesura me deja tan turbada que tengo que comentarlo a pesar de que pueda resultar pesada y repetitiva. Esto fue lo que me sucedió:


En el blog de un amigo en el que había dejado un comentario y en el que entré de nuevo por si me había contestado - suelo hacerlo siempre - encuentro que otra comentarista del blog me escribe a mí directamente lo siguiente: " SIBERIA!! fui a tu perfil y no hay donde encontrarte o visitarte" Me quedé un momento extrañada, pero sólo un momento porque ya casi no me extraña nada de lo que sucede en este ordenador perverso. Cliqueo allí mismo, en mi imagen de Daisy y...efectivamente señores, me aparece una página en la que se anuncia que no comparto mi perfil. ¡Toma del frasco carrasco!


"No puede ser" sigo pensando mientras vuelvo a mi blog y accedo a mi perfil. Pero sí, la casilla "Compartir mi perfil" estaba desactivada. Como ya dije en Travesura en Siberia "puedo prometer y prometo" que siempre tuve marcada dicha opción. Si no lo hubiera hecho cuando empecé mis blogs o bien al cabo de un tiempo hubiera decidido quitarlo ¿para qué narices iba yo a escribir nada de mí allí? ¿Para verlo yo solita? ¡Oh, qué interesante!, me gusta tomar café, soy mujer y me gusta el Quijote. ¡No te digo!


Qué no, qué no. Que nunca hice tal tontería.


Pero ya no estoy segura de que mi ordenador tenga algo personal contra mí. A fin de cuentas yo a él nunca le he hecho nada humillante, raro o perverso.


Mi nueva teoría es la del fantasma. Tengo un fantasma en casa igual que lo había en Canterville. Eso sí, muy moderno él. Sólo hace trastadas y diabluras en el ordenador.

viernes, 4 de julio de 2008

Tengo que reírme un poco



Dedicado a:

1- A los que lo dicen en serio.
2- A los que lo dicen en broma
3- A los que creen que hay personas deprimidas cuando en realidad lo que les pasa es que tienen como pareja a alguien del grupo 1.
4- A República por haberme dado a conocer a Javier Krahe.
5 -A Bufón atómico - el artista antes conocido como Bufón Cósmico - por haberle copiado este vídeo sin permiso, así que perdona pero si seguía entrando en tu blog para poder reír te iba a tiplicar las estadísticas de las entradas XD.

Esta noche por primera vez dejo un vídeo en un blog. Esta noche por primera vez en tiempo me quiero reír sin la ayuda de nadie y lo voy a hacer. Esta noche quiero que este blog sea como al principio lo ideé: lleno de risas y felicidad. Esta noche quiero que el pie de foto "El color de la alegría" vuelva a ser al menos un poco cierto.

Y ya que estoy de copia, le plagio a República esa frase que La xiqueta, Blanca y yo hemos adoptado como símbolo de grito de libertad:

"A tomar por culo la bicicleta"

miércoles, 2 de julio de 2008

Siempre cumplo mis promesas


Ayer le prometí a Yuria que hoy haría un post y yo que siempre cumplo mis promesas aquí estoy sin tener ni idea de qué hablar pero con la intención de hacerlo a toda costa. Además el comentario de anteayer de la Xiqueta en el que al final me decía “Deberías escribir al menos una entrada al día, que-lo-se-pas” me llegó al alma. ¡Qué cielo de niña!

No sé de qué podría hablar, pero desde luego, al menos por hoy, no será de mi vida, pues por ahora al menos es un auténtico desastre y este blog que empecé en su día con la intención de que fuese alegre y divertido no quiero que ahora por este palo que me ha dado la vida se convierta en una elegía constante a mi corazón muerto, mi corazón asesinado de una puñalada.

Podría hablar de la gente que me rodea ya que excepto una persona maravillosa que también está pasándolo mal, los demás parecen vivir bastante bien, o al menos no son desdichados y viven estables saboreando los placeres y sobrellevando más o menos bien las desventuras y saliendo de los baches otra vez frescos y alegres. Si no fuera poque son muchos y todos y cada uno de ellos tan sumamente diferentes entre sí de ellos escribiría, pero necesitaría un mes entero y dos libros de trescientas setenta y cinco páginas.
.
Algunos, aparte de ser realmente felices, comen perdices y se las comen ellos solitos, sin repartir ni las sobras. Pero de estos últimos egoístas tampoco hablaré. Ya se hablan ellos bastante a sí mismos.

También podría hablar de esos superficiales que se creen dioses de la bondad y que van diciéndote lo mucho que te quieren pero que son incapaces de mover un dedo cuándo los necesitas, pero mira, tampoco me apetece. Ya deben estar henchidos con su alta autoestima.

También están los interesados, los falsos, los ambiciosos. Los que sólo te ofrecen amistad mientras obtienen beneficio de ella pero cuando acaba el beneficio, su amistad así como ellos mismos se esfuman como la neblina matutina y nunca más vuelves a saber de tan buenos amigos. Naturalmente tampoco hablaré de ellos.

¡Válgame Dios! Sólo puedo hablar de vosotros. Mis compañeros de blog - algunos pocos para mi suerte también en la vida diaria- Sólo vosotros merecéis mi atención y mis palabras. Sólo vosotros.

Pienso en vosotros con auténtico deleite, pero como le ocurrió en su día a Serrat y años más tarde a él y a Sabina en esa encantadora y graciosísima versión que cantaron a dúo, no se me ocurre nada.

No sé si será porque las musas han pasado de mí o porque vosotros sois mucho más especiales que cualquier persona en la que puedan pensar nadie.

viernes, 27 de junio de 2008

Dos colores tengo




Un viento de tristeza me azota implacable por el este, un viento de desesperanza me sacude con violencia por el oeste. Y entre los dos vientos, agotada voy andando paso a paso y cayendo vez tras ver, por esta, desdichada desde hace un tiempo, vida mía.

Sin fuerzas estoy, se me acabaron. Ya no tengo ánimos para leer, ni para disfrutar de esas cosas
grandes o pequeñas de las que antes sí disfrutaba, ni para escribir.

Pero si un día mi color azul me pidió con su siempre jovial manera de expresarse que escribiera un post y le hice caso aunque un esfuerzo me costase, hoy debo hacerlo por mi color naranja que es ahora quien graciosamente me insiste.

Porque habré perdido muchas cosas, o quizás fueron pocas pero muy importantes para mí ¿qué más da? pero no perdí, ni creo perderé nunca, a mis dos colores. Ellos me dan fuerzas, serenidad, alegría, ellos me hacen reír, ellos me animan, me sostienen. Ellos son mis dos colores.

Y luego estáis vosotros, mis amigos, los que he ido conociendo poco a poco desde que empecé el blog y a los que he ido cogiendo cariño a pesar de conocernos tan sólo por vuestros escritos. Sólo por palabras. Palabras en las que se descubre como sois, o como pensáis o lo excelentemente bien que escribís.

Palabras que no sólo guardáis para vuestros artículos, porque además tengo vuestros comentarios. Comentarios alegres, dulces, tiernos, jocosos, halagadores, animosos y siempre con un trasfondo de afecto que siempre, y ahora más que nunca, han sido motivo de alegría para mí.

En esos días en que todo de tan angustioso y amargo parece hasta irreal, una pesadilla, ahí estaban vuestros comentarios que hacían brotar una sonrisa de mis labios y a veces hasta unas lágrimas de emoción por tanta cordialidad y simpatía que yo creo inmerecidas pues nada nunca hice por vosotros.

Así que hoy me da igual si lo que escribo no es literariamente bueno, o divertido o ameno. Me da igual si nada trasmite, ni nada revela. Porque hoy sólo quiero expresar lo mucho que todos vosotros significáis para mí y lo mucho, muchísimo que quiero a mi color naranja y a mi color azul.

viernes, 20 de junio de 2008

Para el Sr. Fiscal



Cuando en mi blog “Hace frío en Siberia” descubrí por pura casualidad que misteriosamente tenía cliqueada la opción “moderar comentarios”, cosa que como en ese post ya expliqué en su día nunca hice, ni haré, yo le eché la culpa al blog. De hecho lo dejé castigado un rato en su cuarto para que meditara sobre lo que había hecho.

Pero hoy, a raíz de lo que me ha sucedido en el Messenger, recuerdo lo que hace unos meses me ocurrió en el Outlook que paso a relatar:

Un viernes, en los que como siempre abro la carpeta de “elementos eliminados” para borrarlos definitivamente después de una breve ojeada –sí, ya sé que mucha gente no lo hace, pero yo todos los viernes, como si de una limpieza general se tratara, los elimino, al igual que vacío la papelera de reciclaje–, me encuentro con que aparte de los mails efectivamente eliminados esa semana por mi dedo dando a la tecla “Sup”, se encuentran allí agolpados unos treinta correos que desde luego yo no había ni tocado.

Si todos hubiesen sido de la misma carpeta yo me hubiera echado las culpas a mí misma por haberlos suprimido sin darme cuenta. Pero no, la cosa era mucho más enrevesada, ya que allí se encontraban correos de Glò, de Raúl, de Ritchie, de la asesoría y de ReDz, y como yo soy tan organizada y ordenada a cada uno lo tengo en su carpeta respectiva. Así que era imposible que hubiera eliminado tantas carpetas sin darme cuenta. Y aun así entré en cada una de ellas para encontrarme con que encima no todos los correos se habían eliminado. Ni siquiera se habían eliminado por orden ni de fecha ni de nada. No, aquello era imposible que lo hubiera hecho yo sin darme cuenta. ¡Por Dios! ¿Treinta y pico mails borrados al azar de distintas carpetas y distintas fechas? Vamos, hombre. La única explicación que encontré es que por alguna razón misteriosa hubieran decidido suicidarse, y así se lo hice saber a unos cuantos amigos. Quizás entró en mi Outlook algún líder de una secta maléfica y suicida que convenció a unos cuantos correos incautos e inocentes de que si se suicidaban irían a un planeta lejano donde unos extraterrestres verdes y bajitos pero majísimos los leerían cada día.

Así que le eché la culpa al Outlook y me dediqué durante un rato largo a devolver a cada uno de dichos correos a su correspondiente carpeta.

Pero hoy me encuentro en la bandeja de entrada un correo de un amigo que me pregunta por qué lo he borrado del Messenger. Yo, extrañada, pero ya curada de espanto, abro el Messenger y compruebo tal y como pensaba que sigue allí; eso sí, aparece como desconectado, cosa rara en él.

Aparte de apresurarme a contestarle que yo no hice tal cosa y a mandarle el mensaje “Hola” a través del Messenger que veo no contesta, me pongo a mirar con atención todas las opciones del Messenger, ya que debo confesar que es un medio por el que me comunico muy poco y que por tanto nunca le he prestado mucha atención.

Lo primero que hago es pinchar en “Ayuda”, pero allí no encuentro nada sobre lo que busco –como pasa siempre en las “Ayudas”–. Luego le doy a editar contacto –el de mi amigo, claro–, pero no encuentro nada anormal. Así y todo, y consciente de lo poco que sé sobre semejante medio de comunicación, abro el contacto de Gonzalo, y si abro ése precisamente es porque es el único que me aparece en la lista como conectado, cosa que ya me parece un poco rara. Pero lo único diferente que encuentro es que en su ficha no está marcada la opción “subscribirse a las actualizaciones para este contacto”, y aunque me parece una auténtica chorrada –si al menos hubiese sido al revés, todavía, pero no– vuelvo a abrir la ficha de mi amigo y borro la opción para que quede exactamente igual. Luego miro la lista y nada claro, sigue en “No conectados”: efectivamente era una chorrada.

Intento pensar y no ponerme muy nerviosa hasta que decido abrir las fichas de algunos de los que aparecen como no conectados. Sí, otra chorrada. Todos están exactamente igual.

Me dan ganas entonces de escribirle a mi amigo y decirle: “¿No serás tú el que está desconectado, so bobo?”, pero él parece entender mucho más que yo. Bueno, con el Messenger todo el mundo debe entender más que yo, así que me reprimo y paso a probar otra cosa. Esta vez lo que hago es eliminarlo de verdad de mis contactos y rápidamente agregarlo de nuevo. No pasa nada de nada. Mis “hola” caen en saco vacío.

“Me rindo”, me digo a mí misma, y me pongo a trabajar, que ya es hora, hasta que se me ocurre acudir al viejo truco de los informáticos: apagar y encender.

Sí, esta función tan aparentemente tonta funcionó. ¿Por qué? Ni idea. A mí que me registren.

Sólo sé desde hoy que no tienen ninguna culpa ni mi Outlook, ni mi blog, ni mi Messenger. Es mi ordenador que por alguna razón me ha tomado manía. Yo creo que me odia.

Así que quiero dejar un claro mensaje:

Si algún día desaparezco el culpable será mi ordenador, que habrá decidido suprimirme a mí.

Que el fiscal vaya a por él.