jueves, 31 de julio de 2008

Qué más da si eres feliz




Siempre me gustó cantar. En la ducha, mientras limpiaba la casa, mientras cocinaba...

Yo cantaba y bailaba cada vez que me daba la bola y todo lo que se me venía a la mente en cada momento. La gente de mi alrededor cuando me oía a veces se extrañaba por las canciones que me escuchaba, pues igual cantaba a Serrat, a Jackes Brell, alguna absurda canción infantil, que a Rocío Durcal, Lluis LLac, etc.

Ahora hace unos meses que no canto, pero es que ahora no soy feliz.

Pero hoy recuerdo con nostalgia aquel día de hará unos tres años en que yo mientras quitaba el polvo del salón empecé a cantar el estribillo de una canción oído el día anterio en la radio y de quien no tenía idea era su autor, ni la cantante. Sólo se me quedó el estribillo como suele pasar a veces en la sesera y allí que me puse a cantar a viva voz. Se me acercó entonces La Xiqueta y me preguntó asombrada:

- ¿Estás cantando a Chenoa?

Así supe que cantaba una canción de una triunfita y claro, lo poco que debía gustarle a La Xiqueta tal cantante.

Pero como le contesté aquel día a mí me daba igual. Era pegadizo y cantable y con eso me bastaba.

Y es que a veces da igual si la canción es mala o buena y su cantante malo o peor.

Cuando eres feliz, todas estas cosas dan igual.

Hoy para que se ría un poco La Xiqueta, le dejo este vídeo de la famosa canción y aunque no le guste nada, se lo dedico.





Para ti Xiqueta, ya que como ya sabes eres otra de mis personas favoritas, eres otra de las que no defrauda. y además te prometo que el día - que como tú dices llegará - en que vuelva a ser, aunque sólo sea un poco, feliz, ésta es la canción que primero he de cantar.

viernes, 25 de julio de 2008

Grandes decepciones


Pensaba ayer en las decepciones que me he llevado en la vida. Todas me han dolido, eso creo que es normal, unas más, otras menos, pero nunca hasta ahora me han llegado tan hondo como las que he tenido en este annus horribilis que estoy sobrellevando. Porque han sido decepciones de gente que para mí ahora son ídolos caídos, de gente a la que más que amar idolatraba. Esas decepciones me han roto el alma. Esas son, pensé, Grandes decepciones.

Esto último me hizo hilvanar con otro pensamiento, en concreto con el capítulo de Colombo - que por cierto es uno de mis preferidos - titulado “Grandes decepciones”

Como no me apetece escribir sobre esas grandes decepciones con las que la vida me ha sorprendido, y encima la memoria, que suele fallarme en montones de cosas, no lo ha hecho sin embargo con tal capítulo, prefiero dejar plasmado esa cómica e irónica coplilla que el que el general Padget y Frank Brailie a dúo recitan en la mesa:


La vida sexual del camello
es más rara de lo que éste finge ,
se recuesta a la sombra de la pirámide
e intenta tirarse a la esfinge.
Mas la esfinge es sólo una estatua
que impasible no mueve un cabello,
lo que explica su sonrisa fatua
y las jorobas del pobre camello
.
Hala, ahí queda y se lo dedico a Redz, una de las pocas personas que no me ha decepcionado y que además, como yo, es un seguidor apasionado de la serie Columbo.

¿Qué Redz ¿ ¿ Te acordabas?

miércoles, 23 de julio de 2008

El paraíso de mis no amigos


Hace algún tiempo una persona que necesita ayuda y yo con agrado se la ofrecí me escribió en una tarjeta pegada a un bello ramo de flores que es en las malas épocas cuando encuentras a los verdaderos amigos. ¡Cuánta razón tenía!

Porque justo cuanto más necesito de la gente que hasta ahora tenía a mi alrededor, justo es cuando están desapareciendo todos como por ensalmo.

Algunos al menos me dan excusas, tontas, pero excusas, pero la mayoría ni eso. Se han limitado a pasar de mí olímpicamente. Ni siquiera me cogen el teléfono, ni me contestan a los mensajes que he ido dejando, ni me devuelven las llamadas. Ni siquiera responden a mis cartas o mis mails. Se esfumaron.

Igual en estos últimos meses se ha ido creando un paraíso del que nadie me habló al que se están marchando todos ellos y juntitos. Igual allí están disfrutando de bellos nenúfares, casitas hermosas y grandes lagos. Y claro, como allí no hay ni teléfono, ni internet, ni correos, pues no se pueden comunicar conmigo ni siquiera para darme ánimos o saludarme. Porque ofrecerme ayuda, desde su edén de tan agradable estancia los pobrecitos no me la pueden dar aunque seguro que les gustaría y se sienten muy apenados por no poder proporcionarme nada de nada.

Aunque esto del paraíso me resulta un poco raro dado que me voy enterando de cosillas que me hacen sospechar que al menos de vez en cuando sí salen de ese vergel donde igual hasta llegan al nirvana.

Así que como sé muy bien que sí podrían comunicarse conmigo en esos días de descanso de su cielo, también sé que no son amigos aquellos que tanto presumían de ello. Fue todo palabrería e interés.

Supongo que no es lo mismo pedir y que te proporcionen lo demandado que al revés.

He llegado a la conclusión de que es sólo una cuestión de egoísmo. Ahora que ya tienen todo lo que necesitaron de mí y nada más pueden obtener: adiós muy buenas y si te he visto no me acuerdo.

Sí, en las malas épocas es cuando se encuentran a los verdaderos amigos. Y a ellos y solamente a ellos los he de cuidar y querer para siempre.

domingo, 20 de julio de 2008

A un hombre maravilloso


En los momentos más insospechados te topas con alguien que al descubrirse ante ti tal cual es, te asombra.

He conocido a un hombre maravilloso.

Es honrado, buen amigo, trabajador como el que más y con una calidad humana sin paragón. Es una excelente persona.

De todo lo que conozco – y da igual si es poco o mucho –es la mejor persona que me he encontrado jamás.

No puede ser para mí. Así son las cosas. ¿No se dice que todos los tíos buenos o son gais o están pillados? Pues con los hombres extraordinarios debe suceder algo parecido.

¡Mecachis!
Así que tendré que conformarme con la enorme suerte que tengo de que sea mi amigo.

¡Será posible!

domingo, 13 de julio de 2008

A Marieta





Después de un despertar agónico, pues amén de sólo dormir tres hora, otra vez tuve esa pesadilla repetitiva dónde la alegría del despertar a mí sólo me dura un fugaz momento ya que la pesadilla es real y ya por mucho que lo intente porque sepa que necesitaría dormir más, no puedo volver a conciliar el sueño, es demasiada la congoja que me embarga.

Después de sabiendo como sé que yo misma podría evitar una parte de ese daño, pensar durante mucho tiempo – no sé cuanto - sin que sirviera para nada pues hora decidía comportarme de una manera y a los pocos minutos y contradiciéndome a mi misma resolvía actuar de la forma contraria.

Después de darme cuenta que, precisamente hoy, no podía por mucho que así me lo pidiera cuerpo y mente hacer como otras veces y quedarme allí, acurrucada bajo mis sábanas con la cara entre mis almohadones blancos acostumbrados ya a mojarse con mis lágrimas, sin hacer nada, absolutamente nada, excepto llorar.

Después de hacer un esfuerzo inmenso de voluntad por levantarme, ducharme, vestirme con las ropas que sé le podrían gustar a esa mujer a la que iba a ver y decirme en silencio y sin cesar “hoy tienes que estar bien, a la fuerza tienes que estar bien porque es un compromiso, y los compromisos se cumplen”. Porque así es como pienso, que lo que se dice se debe cumplir sobre todo si el no hacerlo puede causar dolor o perjuicio a alguien.

Después de tratar de buscar ayuda para salir de esa tristeza que hoy sin remedio debía alejar de mi mente y no conseguirla de nadie con los que lo intenté.

Después de agarrar mis gafas de sol y ponerme en la cara mucho, mucho maquillaje antes de entrar en ese coche en que habría de pasar tres cuartos de hora y en el que habría de seguir intentando con ahínco alejar mi sufrimiento para poder así fingir como cada vez que ocurren estos encuentros míos.

Después de aparentar una felicidad inexistente disimulando y encubriendo la verdad, yo no sé ni cómo, para poder obsequiar a esa mujer a la que quiero tanto con lo que más desea. Porque yo sé, de hecho lo dice sin reparo alguno, que todo lo demás que hago, a excepción de los regalitos que le llevo, le da igual, completamente igual. Ella sólo quiere verme y saberme feliz. Y lo he hecho, lo he conseguido a pesar de todo y de todos, y con ello – y eso sí ha sido algo bueno en este día -, he tenido la mejor recompensa: su felicidad envuelta en sonrisas.

Después de tener que soportar un padecimiento y unas dolencias de alguien que sé positivamente exagera en exceso sin poder – al menos yo no puedo - decir nada.
.
Después de todo esto, me he tomado un café con Marieta.

Y por primera vez en mucho, mucho tiempo he oído las frases más sensatas que nadie me había dicho hasta ahora. En todo, en absolutamente todo lo que me ha comentado mientras tomaba yo ese café y ella sólo miraba el suyo, coincidía completamente, palabra por palabra con lo que pienso yo. Era como si mágicamente por fin alguien expresara lo que yo creo y siento pero que al parecer otros no comparten.

Y allí, entre sus sabias palabras, su enorme dulzura, nuestras emociones y nuestros ojos de vez en cuando un tanto empañados, después de tan desastroso día, por fin he encontrado la paz.

Gracias Marieta. Sabes que te llevo en el corazón y que te profeso un amor como a muy pocos. Pero hoy algo más debo decirte porque tú Marieta, sin saberlo, me has dado esa calma y armonía que tanto necesitaba mi espíritu.

Hoy, gracias a ti he acabado mi día con serenidad y sosiego.

Tanto buscar Marieta y ya ves, sólo necesitaba tomar un café contigo.

martes, 8 de julio de 2008

O es mi ordenador o es un fantasma


Desde mi post "Para el Sr. Fiscal" dos nuevas cosas me han acaecido que me dan por pensar si será cosa de mi ordenador tal y como pensaba o más bien en esta mi casa tengo un fantasma travieso, que por el hecho de ser fantasma - no lo veo tras de mí - se ha aprendido mis contraseñas y cuando estoy dormida, tumbada en mi sofá o simplemente alelada, se dedica a entrar en mi ordenador para hacer diabluras y jugarretas de esas que les gusta hacer a los fantasmas.


Hace cuatro o cinco días - no recuerdo bien - mi messenger volvió a darme problemas. Al abrirlo noté que tanto mi nombre, como el mensaje personal y mi foto habían desaparecido. Así sin más. Mi messenger me había robado mi identidad con todo el morro. Como siempre empece a hacer probatinas tontas que no sirvieron de nada. Al final ,y eso sí, antes que otras veces, me remití a probar con el truco de siempre: reiniciar el ordenador o como vulgarmente nombran los propios informáticos: apagar y encender. Funcionó y volví a tener identidad para mi sosiego ya que eso de nos ser nadie y tener como foto al peón - sé que tiene otro nombre pero yo lo llamo peón - me perturba enormemente. Quiero ser Siberia y no tener cara de peón.


Pero ayer, otra travesura me deja tan turbada que tengo que comentarlo a pesar de que pueda resultar pesada y repetitiva. Esto fue lo que me sucedió:


En el blog de un amigo en el que había dejado un comentario y en el que entré de nuevo por si me había contestado - suelo hacerlo siempre - encuentro que otra comentarista del blog me escribe a mí directamente lo siguiente: " SIBERIA!! fui a tu perfil y no hay donde encontrarte o visitarte" Me quedé un momento extrañada, pero sólo un momento porque ya casi no me extraña nada de lo que sucede en este ordenador perverso. Cliqueo allí mismo, en mi imagen de Daisy y...efectivamente señores, me aparece una página en la que se anuncia que no comparto mi perfil. ¡Toma del frasco carrasco!


"No puede ser" sigo pensando mientras vuelvo a mi blog y accedo a mi perfil. Pero sí, la casilla "Compartir mi perfil" estaba desactivada. Como ya dije en Travesura en Siberia "puedo prometer y prometo" que siempre tuve marcada dicha opción. Si no lo hubiera hecho cuando empecé mis blogs o bien al cabo de un tiempo hubiera decidido quitarlo ¿para qué narices iba yo a escribir nada de mí allí? ¿Para verlo yo solita? ¡Oh, qué interesante!, me gusta tomar café, soy mujer y me gusta el Quijote. ¡No te digo!


Qué no, qué no. Que nunca hice tal tontería.


Pero ya no estoy segura de que mi ordenador tenga algo personal contra mí. A fin de cuentas yo a él nunca le he hecho nada humillante, raro o perverso.


Mi nueva teoría es la del fantasma. Tengo un fantasma en casa igual que lo había en Canterville. Eso sí, muy moderno él. Sólo hace trastadas y diabluras en el ordenador.

viernes, 4 de julio de 2008

Tengo que reírme un poco



Dedicado a:

1- A los que lo dicen en serio.
2- A los que lo dicen en broma
3- A los que creen que hay personas deprimidas cuando en realidad lo que les pasa es que tienen como pareja a alguien del grupo 1.
4- A República por haberme dado a conocer a Javier Krahe.
5 -A Bufón atómico - el artista antes conocido como Bufón Cósmico - por haberle copiado este vídeo sin permiso, así que perdona pero si seguía entrando en tu blog para poder reír te iba a tiplicar las estadísticas de las entradas XD.

Esta noche por primera vez dejo un vídeo en un blog. Esta noche por primera vez en tiempo me quiero reír sin la ayuda de nadie y lo voy a hacer. Esta noche quiero que este blog sea como al principio lo ideé: lleno de risas y felicidad. Esta noche quiero que el pie de foto "El color de la alegría" vuelva a ser al menos un poco cierto.

Y ya que estoy de copia, le plagio a República esa frase que La xiqueta, Blanca y yo hemos adoptado como símbolo de grito de libertad:

"A tomar por culo la bicicleta"

miércoles, 2 de julio de 2008

Siempre cumplo mis promesas


Ayer le prometí a Yuria que hoy haría un post y yo que siempre cumplo mis promesas aquí estoy sin tener ni idea de qué hablar pero con la intención de hacerlo a toda costa. Además el comentario de anteayer de la Xiqueta en el que al final me decía “Deberías escribir al menos una entrada al día, que-lo-se-pas” me llegó al alma. ¡Qué cielo de niña!

No sé de qué podría hablar, pero desde luego, al menos por hoy, no será de mi vida, pues por ahora al menos es un auténtico desastre y este blog que empecé en su día con la intención de que fuese alegre y divertido no quiero que ahora por este palo que me ha dado la vida se convierta en una elegía constante a mi corazón muerto, mi corazón asesinado de una puñalada.

Podría hablar de la gente que me rodea ya que excepto una persona maravillosa que también está pasándolo mal, los demás parecen vivir bastante bien, o al menos no son desdichados y viven estables saboreando los placeres y sobrellevando más o menos bien las desventuras y saliendo de los baches otra vez frescos y alegres. Si no fuera poque son muchos y todos y cada uno de ellos tan sumamente diferentes entre sí de ellos escribiría, pero necesitaría un mes entero y dos libros de trescientas setenta y cinco páginas.
.
Algunos, aparte de ser realmente felices, comen perdices y se las comen ellos solitos, sin repartir ni las sobras. Pero de estos últimos egoístas tampoco hablaré. Ya se hablan ellos bastante a sí mismos.

También podría hablar de esos superficiales que se creen dioses de la bondad y que van diciéndote lo mucho que te quieren pero que son incapaces de mover un dedo cuándo los necesitas, pero mira, tampoco me apetece. Ya deben estar henchidos con su alta autoestima.

También están los interesados, los falsos, los ambiciosos. Los que sólo te ofrecen amistad mientras obtienen beneficio de ella pero cuando acaba el beneficio, su amistad así como ellos mismos se esfuman como la neblina matutina y nunca más vuelves a saber de tan buenos amigos. Naturalmente tampoco hablaré de ellos.

¡Válgame Dios! Sólo puedo hablar de vosotros. Mis compañeros de blog - algunos pocos para mi suerte también en la vida diaria- Sólo vosotros merecéis mi atención y mis palabras. Sólo vosotros.

Pienso en vosotros con auténtico deleite, pero como le ocurrió en su día a Serrat y años más tarde a él y a Sabina en esa encantadora y graciosísima versión que cantaron a dúo, no se me ocurre nada.

No sé si será porque las musas han pasado de mí o porque vosotros sois mucho más especiales que cualquier persona en la que puedan pensar nadie.